Me gusta el pescado. La única pega que se le puede poner es que depende de cual, no suele ser barato. Maridín objetaría las espinas. Para obviar esa objeción suelo comprar filetes o lomos, o rodajas grandes, en las que las espinas sean facilmente reconocibles y eliminables. Es sano, sencillo de hacer, porque con todo y con nada está buenísimo. Hay mucha variedad, con sabores y texturas enormemente distintas, lubina, parrocha, salmón, chopa, mero, merluza, bonito, pixín, lenguadinos, bacalao....De lo poco que no me da más está el congrio (no hago ascos para una buena sopa de pescado o marisco) pero para comer así no me gusta la consistencia de su carne y nunca he conseguido que me den más las bacaladinas, aunque en casa de mi madre siempre gustaron muchísimo. El bacalao fresco (más que el salado) nos encanta. Compro filetes que congelo y luego salen lo mismo enteros, que troceados en salsa, que en forma de riquísimas albóndigas. Esta vez tenía prisa, pero buenos ingredientes, un vino blanco estupendo de la cesta, unos langostinos pequeños que me habían sobrado de hacer los pimientos rellenos de marisco, y el bacalao. Todo fué rápido, pero al entrar Iván sonó un: Madre que rico huele!...y yo ya salté de alegría.
BACALAO CON COSTRA DE QUESO Y CEBOLLA
1 filete grande de bacalao, 1 cebolla, vino blanco, ajo, azafrán, langostinos, pimienta, mezcla de quesos para gratinar, un poco de eneldo (o perejil si gusta más ese sabor), sal y aceite.
Echamos en una tartera o sartén gruesa, un fondo de aceite. Dejamos calentar a fuego medio y echamos el ajo muy picado, damos una vuelta y añadimos la cebolla cortada en rodajas finas (ojo no tardar en echar la cebolla que el ajo se quema como nada), salpimentamos, tapamos y dejamos hacer dulcemente. De vez en cuando destapamos y revolvemos, hasta que veamos que la cebolla está blanda. Esta operación la hacemos a fuego bajo. Tiene que estar un buen rato para que quede bien pochada y no crujiente (aunque tengo que reconocer que a mí cruijente también me encanta). Ahora subimos el fuego separamos para los lados la cebolla y echamos el bacalado cortado en cuatro porciones, dejamos que se haga meneando un poco la tartera o la sartén para que no se pegue. Dejamos un par de minutos y le damos la vuelta con ayuda de una espumadera y una pala de madera y con cuidado para que no se nos deshaga en lascas. Una vez que ya está dado la vuelta, salpimentamos el pescado y echamos por encima la cebolla que estaba acumulada en los bordes. Añadimos los langostinos y dejamos hacer otro par de minutos (controlar mucho según el grosor del filete que no se os haga demasiado el pescado, es mejor quedarse corto). Le damos la vuelta a los langostinos y añadimos el azafrán tostado y desleído en vino blanco, subimos más el fuego y dejamos evaporar el alcohol medio minuto. Separamos del fuego añadimos por encima del bacalao y la cebolla la mezcla de quesos y tapamos. Dejamos fundir todo pero ya fuera el fuego y servimos bien caliente espolvoreado con un poquito de eneldo. Y a disfrutar.

Comentarios

Imma Fita Payes - Cocinitas ha dicho que…
a mi me gusta el bacalao tambien
besos
Boston1955 ha dicho que…
Este bacalao, tiene muy buena pinta.
A mi me encanta el pescado.
Me gustan los ingredientes.
Un saludo

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