Ha llegado el otoño y con él la vuelta a lo cotidiano. Ha sido una época de mucho cambio. En épocas así la rutina, lo cotidiano, se vuelve tu aliado y te da la serenidad que te roban las sorpresas de la vida. Quería retomar el blog con algo que me gustara realmente y que formara parte de mi "cocina habitual" y encontré la foto de estas albóndigas de pescado que puse hace mucho tiempo en mi querido "Cafetito". A nosotros nos resultan exquisitas, aunque el pescado nos gusta de casi toda forma y manera, sobre todo a mí, que no le tengo ningún miedo a las temibles espinas. Pero así, redondas, sin ninguna espina amenazante, son verdaderos bocaditos de placer. Es un plato muy indicado para los poco amigos del pescado. Las suelo hacer de merluza o de bacalao fresco, de las dos maneras están buenísimas, aunque de bacalao todavía son si cabe más exquisitas. Son sencillas de hacer, no llevan mucho tiempo y cunden bastante. Y como casi todos los guisos con el reposo todavía están mejores. Yo aprovecho y cuando compro la merluza entera, mando que me corten la parte central en rodajas y la cola y las rodajas mas pequeñas las aprovecho para estas albóndigas. Con cabeza, espina y pieles un buen caldito para congelar. Puedes solucionar varias comidas así.
Me alegra estar de nuevo aquí...
ALBONDIGAS DE PESCADO
INGREDIENTES: 1/2 Kg. abundante de merluza o bacalao fresco; 1 cebolla; 2 dientes de ajo; perejil; 1 huevo de los grandotes; perejil; un poco de miga de pan mojada en leche y muy bien escurrido (no siempre tengo pan, asì que uso pan de molde); harina; aceite; vino blanco, sal y pimienta blanca, caldo de pescado.
PREPARACIÓN: Pochamos la mitad de la cebolla y 1 diente de ajo (yo la pico muy fina, casi deshecha en la th) en un fondo de aceite en la sarten, que se ablande sin ponerse dorada. Mientras desmenuzamos la merluza, que no tenga ni piel ni espinas (en crudo). Mezclamos en un bol la merluza, la cebolla y el ajo pochado, el perejil picado, el huevo, la miga de pan, sal y pimienta al gusto (de pimienta echo poquito). Cogemos porciones y formamos las albondigas bien apretaditas. Enharinamos y freimos en aceite, que no se pongan oscuras, solo que se doren un poco. Sacamos a un plato y reservamos. En el mismo aceite freìmos el resto de la cebolla picada y el otro diente de ajo, echamos una cucharada de aceite y rehogamos, luego añadimos vino blanco y caldo de pescado, de vino blanco como un vasito y de caldo el suficiente para que las albòndigas tengan bastante salsa, dejamos dar un hervor, añadimos las albondigas y damos un hervor todo junto. Se cuecen poco eh? que sino el pescado queda seco y astillado...
Contribución al HEMC 16
Comentarios
Qué ganas tenía de leerte!!
Muchos besos
Un saludos y gracias por haber pasado por mi blog!
gracias.
besos