
Seguimos con tema "redondo". Como ya han llegado los fríos, los guisos inundan los platos. Y que más apetecible, para un segundo plato o una cena, que unas riquísimas albóndigas de pollo. Son otro plato estrella de mi casa. La receta es de la suegra de mi suegra (abuela paterna de maridín, sevillana para más señas), de unas fichas que coleccionó en sus tiempos cocineriles, que heredó mi suegra y que a su vez tenía que haber heredado yo, pero un ansia limpiadora presente en los genes de toda esta familia dió al traste con la linea sucesoria. Suerte que pude salvar esta receta. La probé de recién casada y desde entonces forma parte de mi cocina habitual (bueno cuando tengo el humor y la paciencia de ponerme a deshuesar muslos de pollo y sacar la picadora y picar carne). Las albóndigas en si nos gustan mucho, y hago las normales de carne que están muy buenas, pero de esas cada casa tiene ya su receta, he probado varias y seguiré probando porque nos encantan. Pero todavía nos gu...