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Mostrando entradas de octubre, 2007
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Seguimos con tema "redondo". Como ya han llegado los fríos, los guisos inundan los platos. Y que más apetecible, para un segundo plato o una cena, que unas riquísimas albóndigas de pollo. Son otro plato estrella de mi casa. La receta es de la suegra de mi suegra (abuela paterna de maridín, sevillana para más señas), de unas fichas que coleccionó en sus tiempos cocineriles, que heredó mi suegra y que a su vez tenía que haber heredado yo, pero un ansia limpiadora presente en los genes de toda esta familia dió al traste con la linea sucesoria. Suerte que pude salvar esta receta. La probé de recién casada y desde entonces forma parte de mi cocina habitual (bueno cuando tengo el humor y la paciencia de ponerme a deshuesar muslos de pollo y sacar la picadora y picar carne). Las albóndigas en si nos gustan mucho, y hago las normales de carne que están muy buenas, pero de esas cada casa tiene ya su receta, he probado varias y seguiré probando porque nos encantan. Pero todavía nos gu
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Ha llegado el otoño y con él la vuelta a lo cotidiano. Ha sido una época de mucho cambio. En épocas así la rutina, lo cotidiano, se vuelve tu aliado y te da la serenidad que te roban las sorpresas de la vida. Quería retomar el blog con algo que me gustara realmente y que formara parte de mi "cocina habitual" y encontré la foto de estas albóndigas de pescado que puse hace mucho tiempo en mi querido "Cafetito". A nosotros nos resultan exquisitas, aunque el pescado nos gusta de casi toda forma y manera, sobre todo a mí, que no le tengo ningún miedo a las temibles espinas. Pero así, redondas, sin ninguna espina amenazante, son verdaderos bocaditos de placer. Es un plato muy indicado para los poco amigos del pescado. Las suelo hacer de merluza o de bacalao fresco, de las dos maneras están buenísimas, aunque de bacalao todavía son si cabe más exquisitas. Son sencillas de hacer, no llevan mucho tiempo y cunden bastante. Y como casi todos los guisos con el reposo todavía es