No soy muy aficionada a la pasta. Sé que es increíble, pero tengo que reconocerlo. Me entra la duda cuando pienso en lo mucho que me gusta la lasaña, los canelones, los espaguetis a la boloñesa o a la carbonara. Pero luego veo a Iván devorar un plato de cualquier tipo de pasta, con cualquier tipo de salsa, sólo de tomate, sólo de tomate de brick, incluso sin salsa, al ajillo...

Le da igual con qué...sea como sea, siempre que hago pasta, acierto con él....Es entonces cuando me doy cuenta de que no soy muy aficionada a la pasta...Para que me vuelva loca, la tengo que hacer realmente elaborada. Aunque es cierto que haciendo la pasta casera, mejora unos cuantos tantos...es mucho más rica, eso sin dudarlo...pero no deja de ser pasta. Gracias a Dios, la boloñesa o la carbonara están al alcance de cualquiera mínimamente manitas, y una buena lasaña ya forma parte de mi repertorio cocineril, ha sido mi plato fetiche cuando tenía cenas informales con amigos. Aún así, me gustaría que me entusiasmara la pasta como a mi otra mitad...

Esta pasta la hice el día que devolví un robot automático para hacer pasta, de estos que te hacen la masa y te la van sacando por los agujeritos con el formato que tu quieras...No hubo "feeling" entre nosotras...acabé volviendo a la manual estilo "imperia", esa no me falla nunca...